El otro día, al estar de vacaciones tras los exámenes, fui a realizar una de mis aficiones, la pesca a mosca sin muerte. Al ir a comprar el permiso para el coto Albarracín Sin Muerte, me informaron que las autoridades competentes habían propuesto, como medida excepcional por la falta de agua debido a la sequía y la escasez de truchas (salmo trutta o trucha común)
se habían transformado los cotos de Albarracín Inferior y Albarracín superior anteriormente denominados cotos intensivos, de los cuales se podían extraer ejemplares de tamaños superiores a 30 cm, a cotos sin muerte por lo que ya no se podían extraer ejemplares. Una gran sorpresa que por una vez las autoridades actúen a favor de proteger una especie y proteger las poblaciones de truchas, en vez de mirar por ellos y su beneficio económico.
Esta medida ayudara a conservar así las poblaciones trucheras en este río y le dará aun mayor vida, ya que se ven gran cantidad de pequeñas truchas, alrededor de 5 o 6 cm que debido al menor estrés que soportaran, al sufrir menos cuando sean prendidas por un solo anzuelo sin muerte de una mosca en vez de por los tres anzuelos con muerte de las cucharillas.
Una vez conseguido el permiso del coto Albarracín sin muerte nos desplazamos temprano hasta la localidad para comenzar un nuevo día de pesca. Un poco escaso de agua como vemos en la fotografía aunque con toda la ilusión puesta en la reacción de los peces ante nuestros señuelos.
Una vez montados los aparejos, pudimos disfrutar de un buen día de pesca, con pintonas más pequeñas y otras más grandes pero devueltas a la libertad del rio, lugar en el que los peces del rio.
Pero sobre todo disfrutamos del paisaje, de la fauna que pudimos observar (Martín Pescador, Garza Real, Cangrejo Señal, incluso una cierva que se acerco al río a beber) y de la compañía de otro buen amigo y pescador. Lo que por supuesto no faltó fue el almuerzo.
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